OCASO

Risas y carcajadas de niños
Resuenan en mi cabeza de trapo mojado,
Recordándome una etapa arcaica ya olvidada
En la que los sueños de algodón azulado
Decoraban un tapiz de pasos aletargados.

Ensombrecido por el paso del tiempo,
Que dejó profundos surcos en el alma
De porcelana teñida de verde,
Espero que el fin se acerque
Mientras un piano suena a mis espaldas.

Cierro los ojos,
Y veo tu mirada.
No te atreves a acercarte,
Ni siquiera en esta hora tan señalada.

Por una ventana opaca al mundo,
Oteo los senderos del rencor,
Fruto de un ego corrupto
Con el que se forjó el desamor.

Lágrimas aceleradas inundan un rostro
Desdibujado y garabateado por una tristeza pagana.
Las palabras se ahogan en un vaso de agua.
Nada puedo hacer para reanimarlas
Porque la tinta se secó al mismo tiempo
Que el papel se volvió arrogante,
Tanto o más que el escritor de estos versos.

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