sábado, 17 de junio de 2006

CITAS A CIEGAS

Como un niño pequeño deseoso de que llegue el momento para estrenar unos zapatos nuevos, así me encuentro yo. Estoy muy nervioso. Esta noche he vuelto a quedar con ella. La conocí hace casi un año cuando empecé a publicar mis escritos en mi espacio. Puedo decir que fue el destino el que se cruzó en nuestras vidas. Yo me encontraba navegando por Internet cuando de pronto coincidimos en una página literaria mientras leía los versos de un poeta de cuyo nombre no logro acordarme. Desde aquel momento nos hemos visto frecuentemente. Para mí ella es muy especial. Es muy culta, habladora, ama la poesía y la narrativa. Además le gusta venir disfrazada. Nunca me aburro a su lado porque normalmente tiene temas de conversación muy variados. Cuando estoy con ella desaparece mi timidez, mi hablar se torna lengua de poeta y mi imaginación se vuelve titánica para inventar maravillosos relatos. Si tuviera que decir cuáles han sido mis momentos de felicidad en este mundo, sin duda diría que fueron aquellos que pasamos juntos. Se ha convertido en mi confesora y no hay nada que mi alma se haya privado en contarle. Cuando hemos acabado nuestra enriquecedora tertulia nos metemos en el mismo lecho. Ella es muy cariñosa. No me abandona ni en sueños. Siempre está conmigo ahí presente. Me encanta estrecharla contra mi pecho, abrazarla, oler su cabello y besarle el cuello. La puedo sentir en cada poro de mi piel, en cada curva de mi cuerpo como si nuestras dos almas se fusionaran en una sola, un solo corazón latiendo por dos. Sólo me siento triste cuando falta sin avisar a la cita. Es entonces cuando no puedo dormir y permanezco en estado de insomnio hasta que despunta el alba. Espero que esta noche no sea una de esas. Por favor no faltes, inspiración.

1 comentario:

virginia dijo...

VdP: jeje, original.Q bonita historia de amor.unbesi.

What language do you prefer to read this blog? / ¿En qué idioma prefieres leer este blog?