Necesito beber de tus sueños
palabras prohibidas en labios profanos.
Ardo en deseos de tenerte
encadenada a mi lecho mundano,
introducirme en tu cuerpo
y sellar nuestro pacto malvado.
Hallóme en esta prisión de barrotes literarios. Mi alma cumple condena por un delito de amor no correspondido. Mientras la llama de mi triste existencia se extingue, malgasto el tiempo, que me resta, plasmando los desvaríos de mi mente en estos pergaminos de papel imperecedero.
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