viernes, 28 de septiembre de 2007

CONFIDENCIAS

AHORA LLÁMAME OLVIDO Y QUIZÁS, ENTONCES, TE ACUERDES DE MÍ

martes, 14 de agosto de 2007

ORIOL YA ESTÁ AQUÍ


Hola a tod@s :) Acabo de ser tío. ¡Qué felicidad! Mi precioso sobrino Oriol nació la semana pasada. Hoy le ha tocado ser el protagonista de mi blog. Qué puedo decirte, si apenas tienes unos días de vida y aún ni siquieras entiendes de lo que va este mundo de locos. Primero, que te has hecho de rogar pero por fin has llegado. En segundo lugar, y por ello no menos importante, quiero que sepas que toda tu familia está muy contenta y orgullosa contigo. Espero que algún día, en el futuro, puedas acceder a esta entrada y leer por ti mismo estas palabras. No olvides que siempre te querremos. Muchos besos, pequeño hombrecito.

miércoles, 8 de agosto de 2007

LA MEDICINA DE HOY

Ya no tengo esperanzas de alcanzar lo imposible. Ni siquiera de perseguir un sueño. Mi voluntad descalza está magullada por las piedras de la vida. Esa vida que se inclina cuesta arriba y que me ha robado el último aliento. Ahora me he vuelto un asmático realista. Hay veces en las que quisiera respirar oxígeno de amistad pero no puedo. Mis vías respiratorias están obstruidas por una soledad vírica que hace mella en mi debilitada salud mental. Tengo altos los niveles de odio en sangre y también padezco algún tipo de lumbalgia rencorosa que me impide adoptar una postura optimista. El corazón se me hincha y el alma retiene líquidos tristes y a la vez opacos. He tenido que ser operado varias veces porque tenía pena en los riñones y una úlcera en la autoestima. Todo ha sido en vano. Hay heridas que nunca cicatrizan aunque las huellas dejadas sólo sean visibles a los que no pueden verlas. Estoy harto de que me receten vitaminas: Vitamina A para la Alegría, B para la Bondad, C para el Cariño, D para la Desilusión, E para la Esperanza... porque al final no me las tomo. Mi organismo ya se encuentra saturado de medicamentos curatodo que no son más que una falacia sentimentalista de una sociedad profundamente depresiva. Creo que lo mejor será una salida socrática. Beberé la cicuta de mentiras que somnolentamente acarician la insensatez con la que, desde hace tiempo, comparto mi cama. Quizás mañana me despierte o quizás no, pero eso será tema para otro día.

sábado, 30 de junio de 2007

ESPACIO RESERVADO

Hoy no me apetece escribir. Hace calor y estoy cansado. Así que dejaré el espacio reservado al silencio para otro día en el que me vea con más ganas de expresar mi creatividad. Buen verano a todos !!!

jueves, 31 de mayo de 2007

CIUDAD DEL CRIMEN



Suena el despertador. Me levanto con dolor de cabeza y me tomo un gelocatil. Tengo un humor de perros. Es mi día de descanso y tengo que ir al trabajo. Mi jefe, el comisario O’Donnell, quiere encomendarme un nuevo caso, un homicidio que se ha producido en la zona sur de la ciudad. El cadáver de una prostituta con el rostro desfigurado y una serie de marcas por el cuerpo. Con éste, ya van cuatro. Otro psicópata, hijo de puta, suelto por la ciudad, como si ya no hubiera bastantes. En el último semestre, la violencia, la delincuencia y el crimen, en general, se han triplicado por tres. Una nueva oleada de inmigración ha llegado a Ciudad del Crimen, nombre irónico, por cierto, que atrae a todo tipo de malhechores y ex convictos, gente sin escrúpulos ninguno y sin afán de trabajar dignamente. Esta es la realidad que me toca vivir día y día y con la que tengo que lidiar: putas, drogadictos, asesinos, violadores, gais y travestidos. Me montó en mi coche. Enciendo la radio. Ya están otra vez los del canal NEW NEWS dando la lata. Están en contra del alcalde, sacando trapos sucios, intentando que se abra una investigación sobre una malversación de fondos de caudal público y especulación urbanística. Como si los alcaldes sólo se dedicaran a esos menesteres. Fuentes mías, me han dicho que el mismísimo alcalde está metido en asuntos más turbios de drogas y tráfico humano. Si no fuera porque todos los altos cargos de esta ciudad están sobornados por él, ya me gustaría encerrarlo entre rejas de por vida. Menuda alimaña. Cuando llego al lugar del crimen, la zona está acordonada. Un montón de furgones de televisiones con sus correspondientes periodistas intentan avasallar y sacar imágenes para luego venderlas a ese público sediento de sangre, que tanto adora los programas de cotilleos y famosos, pero más aún las ejecuciones televisadas de presos. Buitres carroñeros. Bueno, como ya os habréis dado cuenta, no soy muy cuidadoso con mi lenguaje. Soy bastante rudo. Me gusta llamar a las cosas por su nombre, sin rodeos, sin ser políticamente correcto. La verdad es que mi infancia no fue, digamos, un camino de rosas. Mi padre era alcohólico. Empezó a beber cuando se quedó sin trabajo porque lo despidieron de una factoría de coches que cerró. Siempre que se emborrachaba, pegaba a mi madre. Para que no hiciera lo mismo conmigo, mi madre me encerraba en un armario pero el desgraciado nunca se quedaba satisfecho. Después de terminar con mi madre, venía a por mí y me castigaba con su odioso cinturón dándome unos correazos terribles. Por suerte, en una revisión médica del colegio, detectaron los malos tratos que recibía del malnacido y convencieron a mi madre para que le denunciara y se divorciara. Como el juez mandó una orden de alejamiento, el tipejo se tuvo que ir de casa y nada más volvimos a saber de él. Supongo que acabaría vomitando el hígado en una alcantarilla de algún callejón lleno de inmundicia, devorado por las ratas. Aparco el coche en la zona reservada a la policía. Nada más bajarme del mismo, se me acerca Kytie Welldone, la reportera estrella de NEW NEWS. Qué podría decir de ella. Nada bueno, sin duda. Es la típica modelo-periodista pija con un cuerpo de infarto, cuya imagen copa las portadas de las revistas masculinas de los quioscos. Ya no le queda nada por enseñar, ni en el aspecto físico ni en el profesional. Una neurona no da tampoco para mucho. Aunque tengo muy claro cómo ha sido el meteórico ascenso de su carrera: haciendo horas extras en las camas de los directores de las cadenas televisivas.
- Disculpe, señor inspector. Puede darnos más datos del asesinato. ¿Tiene ya la policía algún sospechoso? – me dice en tono inquisitivo-.
- Señorita, es domingo. Seguramente estaría mejor durmiendo plácidamente en su apartamento o comiendo salchichas de Frankfurt. Aunque según las malas lenguas, usted es vegetariana.
No dejo que me conteste porque apresuro el paso hasta atravesar el cordón policial y adentrarme en la casa. La policía científica está terminando de tomar huellas y buscar pruebas en el escenario del crimen. O`Donnell me ve y se dirige hacia mí. Me comenta que el homicidio debió producirse alrededor de las cinco y media de la mañana. No había indicios de que las puertas o ventanas estuvieran forzadas. Eso quería decir que seguramente la muerte le sorprendió en compañía de algún conocido. Me acerco para examinar el cuerpo. Levanto la manta que lo cubre y descubro que, aparte de la cara que refleja una brutal paliza, está lleno de moratones y cortes de cuchillo bastante profundos. Además hay restos de implantes de silicona que salpican la alfombra sobre la que descansa el cuerpo. Se puede decir que esta puta sí que era de goma, además de ser de lujo. Pero hay algo que me hace pensar que la muerte no se ha producido en la casa. Aunque los muebles están destrozados y parece que el asesino buscaba algo, sólo la moqueta tiene manchas de las heridas sangrantes. Me dirijo a la habitación de dormir y me fijo en el armario. Dentro hay abrigos de pieles, vestidos largos de noche con escotes muy generosos, trikinis, bikinis, etc. Observo que un abrigo de visón que está colgado con una orientación distinta a la de los demás. Examino los bolsillos y sólo encuentro un paquete de cerrillas con publicidad de un local de copas llamado ANGELS OF NIGHT. Lo guardo en el bolsillo y sigo examinado la habitación. No encuentro nada interesante. Salgo de nuevo a la sala donde está O`Donnel.
- Me voy a casa, jefe. Mañana, con los informes de los laboratorios y de los anteriores asesinatos, intentaré sacar conclusiones. Lo más probable es que se trate de alguna mente enfermiza obsesionada con el sexo –le comento-.
- De acuerdo, Axel. Confío en ti. A primera hora de la mañana nos veremos. Espero no haber estropeado tu día de descanso, pero este asunto no quiere que se me vaya de las manos. Tú eres mi mejor inspector y detective.
Cuando salgo por la puerta descubro que el furgón de NEW NEWS está obstruyendo la salida de mi coche. Me dirijo hacia la ventanilla de conductor y doy unos ligeros golpes con los nudillos. El conductor baja la ventanilla y en el otro asiento está Kytie.
- Haga el favor de retirar su vehículo. Necesito salir ya – le pido-.
- En primer lugar, creo que usted me debe unas disculpas. Yo sólo estoy aquí intentando hacer mi trabajo. Por ello me pagan. Además, usted quién se cree qué es para juzgar a los demás, inspector… –dice la reportera con tono indignado-.
- Inspector Axel Belezi, de la brigada de homicidios del departamento de policía de Ciudad del Crimen. Le queda claro, señorita. Ahora retiren su furgoneta sino quieren pasar la noche en la cárcel – replico con prepotencia-.
Veo en su cara el gesto contenido de odio hacia mí. A regañadientes hacen marcha atrás y permiten que pueda irme a casa. Por qué todavía el supuesto psicópata no había dejado ningún mensaje atribuyéndose la autoría de los asesinatos. Llego a casa justo antes de la hora de comer. Me doy una ducha fría y enciendo la televisión. No puede ser, qué pesadilla. Ahí está de nuevo Kytie, retransmitiendo desde el lugar de los hechos, entrevistando a los vecinos. Por lo visto, la casa de la chica era muy frecuentada por gente ajena al barrio, pero aquella noche nadie había percibido gritos de pelea ni ruidos extraños. Eso fue lo más interesante que dijeron. Incluso al final, la reportera tuvo un detalle conmigo. Mencionó que al frente del caso se encontraba un agente rudo que había sido amonestado varias veces por faltas graves de conducta en el ejercicio de su profesión. En verdad, no estaba mintiendo. En el mundo policial hay dos tipos de personas: las que velan por el cumplimiento de la ley y las que la ejecutan. Yo soy una de estas últimas. La ley no puede ser misericordiosa con el que la infringe, se ha de imponer sin piedad. Los jueces sólo son títeres corruptos que hacen que la justicia tenga dos dioptrías y un poco de astigmatismo. En mis diez años de estancia en el cuerpo de policía, he pasado por distintos departamentos. Cuando estuve en el de estupefacientes, hubo dos tipos mafiosos que no querían “colaborar” conmigo en la investigación. Así que empleé mis métodos con ellos y al final declararon. Lástima que el abogado defensor alegara que las confesiones de culpa habían sido hechas bajo coacción, amenazas y tortura. Ellos acabaron saliendo libres sin cargos y yo tuve dos meses de vacaciones suspendido sin empleo ni sueldo. Otro caso similar me ocurrió cuando me cambiaron a la brigada de control de inmigración.
A la mañana siguiente, sobre la mesa de mi despacho tenía los informes de los asesinatos previos. En todos ellos el perfil de chica coincidía. Jóvenes, de entre 17 y 29 años, de curvas voluptuosas, naturales de la ciudad, sin trabajo estable y que supuestamente sobrevivían gracias a subsidios de desempleo que otorgaba el ayuntamiento. Estaba claro de dónde sacaban estas mujeres el dinero para costearse sus pequeños caprichos. En cuanto a los resultados de la policía científica, el precavido asesino no había dejado ninguna huella o indicio que permitiera identificarlo. Lo mejor sería coger una lista de los trabajos temporales que habían ejercido e intentar hablar con sus jefes para sacar algunos datos. Después de una semana de intensa investigación, no descubrí apenas nada. En los trabajos donde había estado daban la sensación de ser personas con una aparente vida normal y sin ningún tipo de problemas. La corta duración de los contratos tampoco había permitido establecer relaciones de confianza más estrechas entre los jefes y sus trabajadores. El asunto parecía estar muy complicado. Sólo me quedaba una opción. Aquel paquete de cerrillas que guardaba en mi bolsillo. No me sonaba de nada el nombre de ANGELS OF NIGHT, así que consulté con uno de mis contactos. Me informó que era un local de striptease, frecuentado por peces gordos de la ciudad, situado en el extrarradio. Para poder entrar hacía falta ser socio del club, lo cual no estaba al alcance de cualquiera. Así que decidí ir a echar un vistazo, ya que era mi última esperanza de averiguar algo. Por el camino de ida, detecté la presencia de un coche que me siguió nada más salir de casa. No me inquieté mucho. Fuera quién fuera no me daba miedo. Al llegar a la puerta del recinto que daba acceso al local, me encontré con la oposición de los guardias de seguridad que me exigieron una orden de registro. Como por las buenas veía que no iba a conseguir mis objetivos, intenté emplear la fuerza bruta. Pero como estaba desentrenado, aquellos maromos me dieron una buena paliza y me dejaron tirado, inconsciente, junto a un barranco, al otro lado de la carretera. Hasta ahí es lo que recuerdo. Cuando me desperté me encontraba postrado en la cama en una habitación que no era la mía. De repente se abrió la puerta y ¡demonios! , otra vez ella. Sí, delante de mí estaba Kytie con una bata y una bandeja en la mano.
- Señor inspector. Aunque sé que usted no se lo merece, le he salvado la vida y aquí le traigo algo para que reponga fuerzas. Le doy un consejo, aunque no lo va a aceptar: cambie sus formas de investigación. El arquetipo de tipo duro y machote ya no da tan buenos resultados como antaño.
- ¡Qué sabrás tú! Bueno, realmente, sí lo sabes… - le respondí enojado-.
Entonces el gesto de su cara dio un giro de 360 grados para volver a girar pi radianes. Comprendí que ésta no era la manera de ser agradecido. En el fondo, tenía algo de razón, aunque no me gustara reconocerlo. Me había recogido de la carretera y había cuidado de mí. Pero sé qué quería algo a cambio. En este mundo, la gratitud siempre tiene un precio. Le pedía disculpas y ella aceptó, aunque sólo fuera para dar una buena imagen de cara a la galería. Había vuelto a hablar con las personas relacionadas con las víctimas por si descubría datos interesantes. Uno de los jefes le comentó, en secreto, que había oído una llamada telefónica, vía móvil, de una de las víctimas. En la conversación había escuchado algo de una cita con el alcalde. Vaya imbécil, decirle un secreto a un periodista es como meter la mano en medio del fuego y esperar no sentir dolor. Resultaba que me había estado siguiendo durante toda la investigación en mis trayectos por la ciudad ya que yo no me había mostrado dispuesto a colaborar con ella. Ahora, y dada la situación en la que me encontraba, las cosas habían cambiado y estaba dispuesta a ofrecerme su ayuda a cambio de la mía. Si el alcalde estaba metido en un asunto como éste, estaba dispuesta a llegar al fondo para hundir su carrera. Qué podía hacer. Siempre me ha gustado ser un lobo solitario. Ir a contracorriente, imponer mis métodos y seguir unas reglas, las mías, por supuesto. Si no había conseguido entrar en el local de alterne a mi manera, quizá ella sí lo lograra. Sin más remedio, acepté a regañadientes y le informé del hallazgo del paquete de cerillas y de mis informes policiales. Estaba claro que por ser mujer no iban a dejarla entrar como socio o mediante cualquier soborno. Así que la única manera de poder hacerlo es que ella se ofreciera a trabajar allí. Imagino que si hubiera sido otro tipo de mujer hubiera resultado imposible convencerla para realizar esta tarea, pero ella no dudó ni un segundo en aceptarla. Para no ser reconocida dio un cambio radical en su aspecto. Se cortó la larga melena rubia y se tiñó el pelo de negro. Acudió a una clínica de estética para moldear y rellenar sus labios y pómulos mediante unas inyecciones de una sustancia que había sido patentada recientemente. En definitiva, el aspecto que ahora presentaba su rostro y cabello no era para nada el que antes todo el mundo conocía De esta manera le sería más fácil actuar sin levantar sospechas. Las dos semanas que pasé en casa recuperándome de mis heridas fueron bastante productivas para Kytie. No tuvo problemas para conseguir trabajo en el local. Junto a ella, trabajaban otras veinte chicas. En verdad, entre los socios del prostíbulo se encontraban altos cargos de la magistratura de justicia de Ciudad del Crimen, además de políticos, ricos empresarios y banqueros y como no, el alcalde. Todos ellos cerdos endogámicos que se habían unido para crear un espacio propio de vicio y lujuria donde satisfacer sus apetitos sexuales con carne fresca y joven. El trabajo de las chicas era muy sencillo. Primero, las chicas hablaban con los clientes y les animaban a hacer gasto en el bar. Después, actuaban en diferentes escenarios apoyadas en la típica barra americana mientras realizaban el striptease. Por último, los socios que esa noche eran elegidos por sorteo escogían a la chica que más les gustaba y se la llevaban a las habitaciones de la planta alta. El alcalde siempre podía elegir con preferencia sobre los demás y sin entrar en el sorteo. Después de la primera semana de convivencia, Kytie consiguió que las chicas se sincerasen con ella. Estaban muy asustadas e incluso habían intentado dejar el trabajo, pero continuaron presionadas y coaccionadas bajo amenazas. Cuatro compañeras suyas habían aparecido asesinadas y ninguna quería ser la próxima en aparecer en las noticias. Su instinto periodístico le indicaba que la clave de todo el meollo estaba en el alcalde. Así que se las ingenió de una manera astuta para engatusarlo, como bien saben hacerlo las mujeres, contoneando y moviendo voluptuosamente sus curvas en el escenario. De esta manera se convirtió en la favorita del mismo. Todas nuestras sospechas en lo relativo a los negocios sucios del alcalde se confirmaron en las siguientes semanas. Recibía llamadas muy a menudo de todo tipo de mafiosos, narcotraficantes y traficantes de seres humanos. Él movía todos los hilos para que los controles en la ciudad fueran permisivos y dejaran pasar la mercancía. A cambio obtenía importantes cantidades de dinero e incluso alguna parte de la misma para su propio lucro. Las primeras veces que estaba con Kytie, intentaba disimular e irse a otra sala del local para hablar por teléfono. Pero ahora que ella se había convertido en su preferida no se preocupaba de ocultarlo. De hecho, le había amenazado de muerte si de sus labios salía alguna palabra de lo que había dicho o escuchado en su compañía. Imagino que las demás chicas asesinadas sufrieron igual suerte y que al final sabían demasiado, tanto como para convertirse en una amenaza potencial. Con todo lo que había descubierto teníamos material suficiente para empapelar toda la ciudad y mandarlo a la trena. Sólo necesitábamos un tribunal imparcial dispuesto a juzgarlo y una confesión de las muertes tras las que sospechábamos que se encontraba. Así que preparamos un delicado y minucioso plan. Intentaríamos establecer un encuentro en la frontera entre Ciudad del Crimen y Ciudad del Orden entre él y un traficante. Después haríamos aparecer a la policía de esta última ciudad y una vez arrestado ya podría iniciarse el enjuiciamiento. De las confesiones ya se ocuparía Kytie. No en vano, la promotora del encuentro era precisamente ella. Para ganarse la confianza del alcalde, Kytie se inventó un pasado bastante siniestro. Había sido criada en los barrios más marginales de la ciudad. Convivía frecuentemente con gente de mala calaña e incluso ella misma había estado metida en asuntos de drogas e incluso había pasado por la cárcel. Allí había conocido a un traficante de poca monta que en la actualidad estaba amasando una importante fortuna. Adivinen a quién le tocó hacer el papel de traficante. Pues a mí, adecuadamente disfrazado. Así que ambas partes decidimos reunirnos a la medianoche en el descampado de un bosque en la frontera entre ambas ciudades. Nosotros fuimos los primero en llegar. Cinco minutos más tarde llegó el alcalde en su limusina escoltado. Venía con Kytie y dos guardaespaldas. Después de los correspondientes saludos y presentaciones, le propuse el trato. Un cargamento de hachís puro 100 % que sería introducido en la ciudad. A cambio yo le obsequiaba con el 40 % de las ganancias de su venta. Él, después de probar una pequeña muestra, quedó satisfecho y aceptó. En ese preciso instante, y según los planes establecidos, la policía de Ciudad del Orden hizo su aparición. Todos pusimos tierra por medio y simulamos la huida. Sin embargo, el hábil chófer del alcalde consiguió dar esquinazo a los coches de policía y emprendió rumbo a Ciudad del Crimen. Parece que la cosa no iba a salir como lo esperado. Cuando hubo pasado la señal del límite entre ambas ciudades, incitado por las palabras de Kytie, el fanfarrón del alcalde empezó a regodearse y decir que nunca podrían condenarlo por ninguno de sus delitos ni siquiera por la muerte de aquellas prostitutitas. Pero no contaba con que un control de la policía de Ciudad del Orden le obstaculizaba el paso. Al final fue detenido aunque se resistió alegando que la zona no correspondía a la jurisdicción de Ciudad del Orden. No contaba con que mientras hacíamos el trato, los policías que luego entraron en acción, cambiaron la orientación de las señales que indicaban la ruta a Ciudad del Crimen. Así que realmente, y como sospechábamos, se dirigieron directamente a la boca del lobo. Además, Kytie llevaba encima una grabadora y un micro con lo cual, el tema de las confesiones también se resolvió. El alcalde acabó sus días cumpliendo cadena perpetua en la penitenciaría de Ciudad del Orden. Kytie, gracias al gran reportaje que elaboró con toda la información, consiguió importantes premios, entre ellos, el Pultizer y yo un merecido ascenso, ahora sería el comisario Axel Belezi.
- Oye, pero en la condecoración dijeron que tu apellido era Beleziroponte, ¿por qué utilizas el otro? – me pregunta ahora Kytie-.
- Porque de pequeño recibía muchas burlas en el colegio, me llamaban el bisonte los muy cabrones.
- Pues yo pensabas que eras de ascendencia italiana.
- No, soy griego.
Por unos instantes, nos quedamos mirando fijamente. Sabemos que simultáneamente hemos pensado lo mismo. Sólo es cuestión de tiempo que uno de los dos lo diga.
- ¡Joroña, que joroña! –exclamamos los dos entre risas-.



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domingo, 15 de abril de 2007

PALABRAS, VERDADES Y OTRAS MENTIRAS



Palabras y palabras. Ríos de tinta y arroyuelos de papel mecanografiado. ¿Cuál es la razón que me impulsa a seguir? ¿Dónde está el mar, el final de este torrente creativo? Hay tantas preguntas por responder y tan pocas respuestas que dar. A mí me gustaría ser pez y viajar muy profundo. Buscar en los arrecifes de coral el secreto que silenciosamente guarda tu alma. Podría quedarme pensativo mirando las estrellas, esperando una señal, un indicio de tu amor hacia mí. Y sin embargo, estalagmitas de recuerdos llenan la cueva de mi mente y un sopor gélido y, a la vez, cálido recorre las tuberías de este cuerpo obsoleto para retornar al crisol de los sentimientos. Alguna vez me preguntaste lo que sentía. Acaso te diste cuenta o percibiste mi efímera existencia en los aledaños de la tuya. Lo pequeño y angosto a veces pasa imperceptible a los que cegados, por el velo de lo superfluo y perenne, no quieren miran con otros ojos más que los del materialismo más radical. Pero yo no te guardo rencor ni odio, o quizás sí. Simplemente lloro en mis sueños por no haberte conocido y pienso que en otra vida, en otro mundo, tú serás tortuga y yo, un caracol de campo. Y si algún día paseando por un verde prado nos encontramos, ¡qué dicha la mía! Podré compartir contigo historias de viajeros. Y si tú lo deseas caminaremos juntos a un ritmo lento, como si se hubiera detenido el tiempo y nada ni nadie pudieran separarnos. Pensarás que, después de todo lo dicho, tengo pájaros en la cabeza, que la locura es mi doctrina y la insensatez se ha adueñado de mi espíritu patrio. Pero acaso, eso importa. Es más feliz el cuerdo porque hace lo que le dictan reglas socialmente establecidas, reglas impuestas para no pensar, para no ser audaz y luchar contracorriente, para ser un títere sin cabeza. No, esa es mi respuesta, quizá no sea tu verdad ni la verdad con mayúsculas y letra cursiva punto 37.6, pero en lo relativo a mí es cierta. Tan cierta como que te añoro, tan real como las lágrimas que surcan mis mejillas y colapsan con el suelo a ritmo de golpes de tambor africano. Se me enternece el corazón de plastilina, con la que hacía figuritas cuando era niño sin preocupaciones, cuando hablo de ti y, sin embargo, mi alma escupe lenguas de fuego cada vez que me ignoras. Si mi amor y mi odio se fundieran en uno solo, entonces quizás los físicos podrían entender el origen del Universo. Millones de sentimientos con carga positiva y negativa expandiéndose en la nada que soy para ti. Quisiera olvidarte y quemarte como a un papel, esparcir tus restos por el retrete de mi baño japonés y tirar de la cadena de los malos recuerdos. Aunque lo hiciera, sé que volverías, como el fantasma del cuento de Christensen, como la plenamar y las aves migratorias cuando perciben que se aproxima el duro y frío invierno. ¡Qué pena que llegue la primavera! Prefería permanecer en mi letargo de pensamientos. Mi corazón sufriría menos y mi boca no se secaría cada vez que pongo tu nombre en mis labios. A pesar de todo, dime por qué sigues sola paseando tu tristeza con ese ramillete de lágrimas color arco iris.

miércoles, 14 de marzo de 2007

MIRAD@S


Miro este papel y veo un espacio reservado para la nada y el silencio.
Miro a través de mi corazón y sólo veo tristeza y melancolía.
Miró a través de tus ojos y veo un mar de dudas y unos cuantos islotes de rencor.
Miro a través de tus labios y quizá es ahí donde mi mirada se pierde.
Miro a través de tus palabras y comprendo que la hipocresía es un lenguaje universal.
Miro a través de tus caricias y veo mi sueño en ti posado y relajado.
Miro a través de la mirilla de la puerta y veo un mundo de pobreza políticamente ignorado.
Miro a través de la ventana y sólo veo tormentas, maremotos e inundaciones.
Miro por lo alto de los edificios y veo un montón de antenas y mucho humo de chimeneas.
Miro a través de los gestos de gente y veo que nadie entiende a nadie.
Miro la televisión y veo que todos son el mismo perro con distinto collar.
Miro a través de las paredes y veo malos tratos y silencio.
Miro allá a lo lejos en el horizonte y veo un montón de gente jugándose su vida por tener una mejor.
Miro hacia el este y veo dolor, muerte y lágrimas.
Miro hacia el oeste y veo muchos generales y un dólar.
Miro hacia el sur y veo que a nadie le interesa mirar allí.
Miro al sur, muy al sur y veo lugares que quizás no vuelva a ver.
Miro al norte y tres cuartos de lo mismo.
Miro hacia el futuro y veo que no existe.


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viernes, 2 de febrero de 2007

SÉ FELIZ, AMIGA MÍA


Pon una palabra mía en tu boca y tu boca será mi palabra.
Pon un sentimiento de tu alma en un papel y el papel será bello sentimiento.
Pon una lágrima tuya en mi rostro y tu pena será también la mía.
Pon una sonrisa al triste y el triste será dichoso.
Pon un beso en mi boca y tu boca será mi alegría.
Pon tus ojos en mis ojos y tus ojos serán las estrellas.
Pon tu mano sobre mi mano y tu mano será compañía.
Pon caricias a mis cabellos y mis cabellos serán olas acariciando la arena de la playa.
Pon tu cuerpo sobre mi cuerpo y tu cuerpo será guarida de ladrones.
Pon una promesa en mis labios y mis labios serán caja fuerte de un banco suizo.
Pon tu vida en mi vida y mi vida por dos será compartida.


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sábado, 6 de enero de 2007

COMPRA Y OLVIDA

COMPRA BOMBONES

COMPRA CAVIAR

OLVIDATE DEL HAMBRE

COMPRA ROPA DE MARCA

COMPRA PERFUMES

OLVIDATE DE LA POBREZA

COMPRA JUGUETES

OLVIDATE DE LOS NIÑOS SOLDADO

COMPRA ELECTRODOMÉSTICOS QUE NO SEAN CLASE A

OLVIDATE DEL CAMBIO CLIMÁTICO

COMPRA COCHES DEPORTIVOS

OLVIDATE DE LA MISERIA

COMPRA UNA VIVIENDA

OLVIDATE DE LOS SIN TECHO

COMPRA JOYAS

OLVIDATE DE LA VIOLACION DE LOS DERECHOS DE LAS MUJERES

COMPRA BEBIDAS REFRESCANTES

OLVIDATE DE LA ESCASEZ DE RECURSOS EN LOS PAISES POBRES

COMPRA,

COMPRA,

COMPRA,

Y

SOBRE TODO

OLVIDA LO QUE ACABAS DE LEER

PORQUE A TI OLVIDAR SE TE DA MUY BIEN

viernes, 22 de diciembre de 2006

CARTA A LOS REYES MAGOS


Queridos Reyes Magos:

Estas Navidades son muy especiales para mí. Este año he ido por primera vez a la escuela. Ya sé las cinco vocales y contar hasta diez ¡qué bien! Todo el mundo dice que soy muy listo para la edad que tengo y que me doy cuenta de cosas que el resto de niños de mi edad ignora. Como todavía no sé escribir le he pedido a mi hermano Pablo que me escriba esta carta. Mis padres me han dicho a finales de año la cigüeña vendrá y me traerá un nuevo hermanito. Junto con Pablo y María, ya seremos cuatro ¡qué guay! Estamos todos muy ilusionados.
Me he portado muy bien este año. He sido un niño bueno, no he dicho palabrotas, he obedecido a mis padres y he compartido mis cosas con mis hermanos y amigos. Por eso quiero pediros unas cuantas cosillas:

No quiero crecer ni hacerme mayor.
Quiero ser Peter Pan y viajar a la Tierra de Nunca Jamás.
No quiero perder la fantasía e inocencia de mi niñez.
Quiero jugar con mis juguetes y ver mis dibujos animados favoritos.
No quiero ver imágenes de niños sufriendo de hambre o heridos en guerras inútiles.
Quiero que esta navidad todos los niños del mundo tengan un motivo para sonreír.
No quiero que mis padres se vean obligados a pagar una hipoteca de 30 años para conseguir un techo digno donde vivir.
Quiero que todos los miembros de mi familia vivamos siempre juntos.
No quiero ver a mamá llorar, ni que papá le grite o haga daño.
Quiero que papá y mamá se lleven bien, seamos todos felices y vayamos a pasear al parque los domingos.
No quiero tener que pagar un seguro sanitario para que después me digan que no cubre los gastos en caso de una operación grave.
Quiero que los gobiernos se gasten menos dinero en armas y más en investigaciones para curar las enfermedades.
No quiero ser explotado en una fábrica trabajando durante catorce horas al día.
Quiero que los salarios sean justos e iguales para papá y mamá.
No quiero ver ancianos abandonados en residencias por sus hijos.
Quiero que los abuelos se queden siempre en casa, así cada navidad podremos cantar villancicos y tocar la pandereta.
No quiero que los niños huérfanos sean maltratados o vivan en condiciones infrahumanas en algunas guarderías.
Quiero que todos los niños huérfanos del mundo sean adoptados por alguien que realmente los quiera.

Quiero cambiar el mundo y no puedo porque… tan sólo soy un niño.

martes, 12 de diciembre de 2006

FRASES PARA MEDITAR

Hoy voy a pasarte el testigo y dejar que seas tú el protagonista de esta entrada. No te contaré ninguna historia con moraleja ni escribiré versos arrítmicos de índole amorosa. Te daré una frase para que seas juez y parte en la valoración subjetiva que te produce. Dame tu opinión o lo que quieras porque ahora las líneas las escribes tú, no yo.



“No todas las lágrimas son amargas ni todas las sonrisas sinceras”

miércoles, 8 de noviembre de 2006

V DE VENDETTA


Recuerden, recuerden el 5 de noviembre.

Conspiración, pólvora y traición.

No veo la demora

Y siempre es la hora

De evocarla sin dilación


Pero…qué ha sido del hombre. Sé que se llamaba Guy Fawkes y sé que en 1605 quiso hacer saltar por los aires el Parlamento Británico pero… quién era realmente, cómo era.


Nos dicen que recordemos los ideales, no al hombre, porque con un hombre se puede acabar. Pueden detenerle, pueden matarle y pueden olvidarle, pero 400 años más tarde los ideales pueden seguir cambiando el mundo.


Yo he visto con mis propios ojos el poder de los ideales. He visto a gente matar por ellos y morir por defenderlos. No se puede besar un ideal, ni tocarlo o gozarlo. Los ideales no sangran, no sufren y tampoco aman. Pero no es un ideal lo que yo echo de menos, sino un hombre. Un hombre que me hizo recordar el 5 de Noviembre. Un hombre al que jamás olvidaré.




Fragmento extraído de la película "V de Vendetta" ©2006 WARNER BROS. ENTERTAINMENT INC.

jueves, 26 de octubre de 2006

EL VALOR DEL SILENCIO

No dejo de pensar en ti.
Quiero asomarme a la ventana
y ver en el arco iris
tu cara reflejada.

El amor que habita en mi pecho,
como prisionero que cumple condena,
es fuerte y poderoso
y lucha por escapar hacia fuera.

Más doloroso es el silencio,
Ése no decir nada,
que tanto te molesta
cuando desayuno contigo cada mañana.

Si la tímidez es una enfermedad,
debo estar en fase terminal,
porque aunque yo lo intento
contigo no puedo hablar.

Me gustaría decirte cosas preciosas,
¡Qué mi hablar se tornase lengua de poeta!
Que mi mente inventase mundos fantásticos
donde refugiarnos como los ascetas.

Pero todo lo que digo es fantasía.
La que perturba mi mente,
la que no me deja descansar
ni de noche ni de día
sólo porque en mis sueños siempre estás presente.

Pero cómo sabrás lo que por ti siento,
si soy mudo y no de nacimiento,
no me atrevo a mirarte
y menos aún, echarte de mi pensamiento.


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viernes, 20 de octubre de 2006

CARICIAS PARA EL ALMA

“SÓLO ENTONCES”



Cuando el corazón de los hombres se convierta en una pesada piedra de plomo

Cuando olvide la última vez que las lágrimas brotaron de mis ojos

Cuando el cielo deje de ser azul y se vuelve tóxico, negro y asfixiante

Cuando el hielo de la Antártica se derrita y sube el nivel de los Océanos

Cuando los ríos de los continentes estén tan contaminados que ya no los habiten ni los peces

Cuando la risa de un niño sólo se escuche en viejos cedés piratas

Cuando para mirar a tus ojos antes tenga que desempolvar mi alma

Cuando para darte un beso tenga que abrir mi cartera y sacar un talonario

Cuando eche la vista atrás y vea que mi vida ha sido un camino en círculo

Cuando para saber lo que es amar tenga que perdonarte tus mentiras

Cuando mis pesadillas se transformen en realidad y de ella salgan mis demonios

Cuando para hacerte feliz tenga que renunciar a lo que soy

Entonces y sólo entonces…te diré que ya no te amo


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miércoles, 18 de octubre de 2006

VERSOS GÓTICOS

“OFERTA: POESÍA BARATA A 1 CÉNTIMO LA ESTROFA”

Largo es el camino de mi destierro,
Duras y tortuosas las travesías,
Que he de andar errante por mucho tiempo
Buscándome a mí mismo
Porque en mi interior no me encuentro.

Para subir a la Gloria,
antes hay que bajar a los Infiernos.
Yo llegué hasta el Hades,
Sacrifiqué infinitud de corderos
y di de beber su sangre
a los muertos que allí habitan.
Ellos me dijeron cuál iba a ser mi destino,
un sino, tan negro como el carbón
del que está hecho tu corazón de acero,
en el que tú no estabas.

No quiero vivir más
de las fantasías que son producto de mi mente,
quiero afrontar esta fría y cruel realidad
que envuelve mi alma cual manta de terciopelo
protege tus delicadas extremidades
del terrible y agresivo invierno.

Nada tiene sentido ya,
Porque mis versos se tornaron tristes,
humillado estoy por el paso del tiempo,
ya nunca la urraca vendrá a mi ventana
A graznar mil veces tu nombre,
Mas te maldijo yo en este momento
Porque loco de amor me has vuelto.

Vísteme con harapos y mentiras,
Clávame un puñal de lágrimas negras,
dame boleto y échame de tu vida,
escúpeme en la cara la verdad
de lo que pudo ser y no fue,
y renuncia a llamarme hombre
porque, sin ti, yo no soy nada.

Volveré a llamarte Luthien Elbereth
y tú te quedarás sola mirando las estrellas,
escudriñando el futuro de una vida sin esperanza
donde los corazones rotos jamás volverán a unirse,
donde las palabras huecas resuenen en el eco de mi ausencia..

Y entonces se hará de noche,
y vendrá la oscura muerte con su traje de gala,
guadaña en mano y túnica negra,
para robarme el último aliento de esta vida exacerbada.

Quiera Dios que éso ocurra
cuando venda al Diablo mi alma,
esa alma de poeta putrefacta,
que hace tiempo ya
que hicieron de ella
su hogar los malditos gusanos.


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miércoles, 11 de octubre de 2006

LITERATURA COMERCIAL

Últimamente no sé qué escribir. Ya no fluyen de mí las palabras como las cataratas del Orinoco ni tan siquiera como ese arroyuelo que pasa junto a tu casa y está seco en el caluroso estío. Me siento como una naranja que ha sido exprimida y, a la cual, ya no le quedan más gotas que dar. Sí, probablemente sea eso. O quizás se haya convertido en realidad la broma que gasté a una amiga mía. Le dije: mi inspiración se fue de vacaciones y aún no ha vuelto. ¡Quién sabe! Hay ocasiones en las que cuando escribía pensaba en mis posibles futuros lectores anónimos. Recibo muchas visitas anónimas, sin comentario claro está. Y eso me da qué pensar. Es como cuando en la oficina todo el mundo te saluda por tu ascenso dentro la empresa, pero lo que tú realmente esperas es la confirmación oficial del jefe. Yo no pretendo ser ningún filósofo de la vida, ni adoctrinar a nadie. Escribo lo que me apetece, lo que siento o lo que me gustaría sentir. Mi literatura no pretende ir más allá de donde tú le permitas ir. Ella tímidamente llamará al portal de tu mente y se quedará, en el rellano de la escalera, esperando que abras la puerta de tu corazón. No pretenderá venderte ninguna colección de libros por fascículos, cuchillos indestructibles o relajantes colchones de látex. Tampoco se tratará de un agente de viajes que te propondrá un crucero en trasatlántico por los mares de Oceanía, o un viaje por el espacio hacia la constelación de Casiopea, ni tan siquiera un tranquilo fin de semana en una casita rural en el campo. Lo suyo es mucho más simple. Te dará una semilla, insignificante a primera vista. No la desprecies. Tú sabes que las pequeñas cosas de este mundo son las que realmente nos hacen felices. No es más feliz el que más tiene, sino el que más ha dado. Parece una paradoja, verdad. Muchos buscan la felicidad en cosas externas (dinero, poder, fama...) porque los medios de comunicación, o mejor dicho, los dueños de los mismos han querido hacernos creer que eso es así. Pero tú seguro que has visto la película “Ciudadano Kane” o tal vez te la han contado. Pues precisamente la semilla que te voy a dar sirve para que la plantes en ti y vuelva a florecer el alma de niño que dejaste secar cuando creciste. O es que ya no te acuerdas lo dichoso que eras cuando jugabas en el patio del colegio con tus compañeros, o cuando tu mama te tapaba con una manta por las noches y te daba un besito en la frente. Nada te resultaba imposible porque ponías siempre todo tu empeño. Sin embargo, más tarde, cuando te hiciste mayor, tu horizonte se llenó de barreras infranqueables impuestas por otros. Te volviste un conformista y dejaste que tu alma de niño se marchitara con la luz artificial de una fría lámpara, alimentada por una red de sentimientos inhumanos.


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miércoles, 27 de septiembre de 2006

HISTORIAS DE ALTA MAR

Pablo era un chico humilde, hijo de una familia de pescadores de Almería. No tenía hermanos y desde pequeño le tocó vivir una infancia muy dura. Su familia vivía a duras penas con lo que sacaban vendiendo el pescado en la lonja del puerto o yéndose a trabajar con otros barcos, cuando las vicisitudes de la vida le obligaron a vender la pequeña embarcación que poseían. Pablo nunca tuvo regalo de reyes o de navidades como los otros niños. Su madre se excusaba diciendo que se había olvidado de dejar la ventana abierta para que entrasen los camellos. No le gustaba ir al colegio y cuando hacía novillos se escapaba por la calle de Granada hasta llegar a La Alcazaba. Desde allí podía ver a los barcos alejarse y soñaba con tener algún día su propio barco y así ayudar a su familia a vivir mejor. Cuando cumplió los quince años dejó definitivamente la escuela y se fue a trabajar con su padre a los caladeros de África. Un día quiso la mala fortuna que les sorprendiera una tormenta en alta mar. Un fuerte oleaje hacía tambalearse a la embarcación en la que viajaban. Finalmente ésta naufragó. A Pablo lo rescató un buque alemán, que volvía de Chipre, frente a las costas de Argelia. Del resto de la tripulación no se supo nada hasta el día de hoy. Aquello resultó un gran varapalo para él. Ahora tenía que ocupar el lugar de su padre como cabeza de familia y llevar dinero a casa para poder sobrevivir. Pero él no se desanimó y se supo rápidamente a trabajar día y noche durante los siguientes cinco años. Durante estos años apenas pudo gozar de la estancia con su madre, Rita, y sus abuelos, Nico y Micaela, a los que apenas veía. Nico era una persona muy agradable. Le gustaba contar historias sobre los años en que había estado surcando los océanos cazando tiburones y ballenas. De hecho le faltaba una pierna de un percance que sufrió con un cetáceo en los mares del Ártico. Pero la sonrisa era una de las cosas que nunca se le borraban del rostro. Micaela era muy buena cocinera. No en vano, cuando era joven había prestado sus servicios en la cocina de la casa real de Alfonso XIII. Le preparaba a su nieto unos deliciosos pastelitos de crema y chocolate que su madre ponía en la bolsa de la comida que Pablo se llevaba cada día. Los años transcurrieron silenciosamente y llegó el día en que Pablo pudo reunir el dinero suficiente para comprar su propia embarcación. Los años venideros fueron muy fructíferos y con todo lo que pudo ahorrar consiguió salir de la pobreza y tener toda una flota de barcos. Decidieron entonces mudarse e irse a vivir a una gran mansión en el centro de Almería. Una noche cuando Pablo regresaba de revisar sus embarcaciones en el puerto vio a una chica que caminaba descalza por la arena de la playa. Se acercó a ella movido por la curiosidad y la belleza ajena. En aquel preciso instante nació el amor y desde entonces ambos no se volvieron a separar. Y cada noche bajo la luz de la luna renovaban sus votos de amor amparados por la infinita bóveda celeste. Hoy día, Pablo es un hombre muy feliz. Vive aún con sus abuelos, madre y esposa. Hay veces que se pone triste cuando se acuerda de su padre y de todo lo acontecido en los malos tiempos, pero ahora ya no es él el centro de su familia. Un nuevo miembro acaba de llegar y Pablo sabe que ahora sí vendrán los camellos a través de la ventana.


jueves, 10 de agosto de 2006

MOBILIARIO PARA CORAZONES DESALOJADOS

Mi madre está siempre regañándome y diciéndome que ordene la habitación. Dice que soy un desastre, que algún día voy a dejar la cabeza por ahí olvidada y tendré que ir a una oficina de objetos perdidos a buscarla. Pero yo no puedo evitar colocar las cosas en ese orden aleatorio tan genuinamente mío. Tengo en mi cuarto un viejo armario de madera con tres puertas. Tras la primera puerta guardo la ropa de invierno. Abundan los jerséis de cuello alto o de cisne, como tú los llamas. Deber ser porque de pequeño siempre me consideré un patito feo y albergaba en mi interior la esperanza de cambiar como en el cuento. Las bufandas son de muchos colores pero tristes porque siempre me acuerdo de las lágrimas de tus ojos en los días de lluvia y de cómo el arco iris de tu sonrisa venía tras de ellas. En cuanto a los guantes, mis preferidos eran los recubiertos interiormente por pelo, tan suavecitos como el tacto de tu cuerpo cuando me estrechabas entre tus brazos. Tras la segunda puerta está la ropa de verano. Todavía tengo esa camiseta de la alegría que me trajiste de las fiestas del pueblo. Me gusta ponérmela cuando voy de paseo con mis amigos por el puente del Alamillo. También tengo la camiseta de la tristeza que me trajo mi hermana cuando estuvo de misionera en África. Me la pongo los días que amenazan con tormenta para pedir que llueva en los desiertos y que las tierras de aquel continente se vuelvan fértiles y ricas. Las bermudas y los pantalones piratas los guardo para cuando voy a la playa. Me gusta otear el horizonte para poder descubrir algún día el velero blanco en el que viajan tus más nobles sentimientos. Detrás de la tercera puerta, ahí tengo escondidos mis sentimientos hacia ti. Quisiera dejarlos escapar, pero tú ya me conoces, soy muy tímido y no quisiera que ellos te hiriesen. Al lado del armario está el reloj de pared. No funciona, sus manecillas siempre marcan la misma hora pero no pienso arreglarlo. Así cuando estamos juntos me parece que el tiempo no transcurre y no me siento abrumado por el paso del mismo. Enfrente de ellos está mi mesita de noche. En sus cajones guardo varios corazones rotos y descoloridos y unas cuantas almas descosidas. Algún día aprenderé a coser para arreglarlos. Cuando la luz de la habitación está apagada y la luz de la lámpara ilumina las estrellas pegadas en el techo me siento como el Principito. Yo no tengo una flor única que riego y cuido pero te tengo a ti, que eres mucho más que eso. La funda de mi almohada tiene tu nombre bordado con letras de oro. Así siempre te tengo presente en mi cabeza cuando sueño contigo. Las sábanas de mi cama tienen el dibujo del mar y cuando me cubro con ellas pienso que soy un náufrago, que espera la llegada de una sirena que le embruje con su canto.


viernes, 28 de julio de 2006

JAULAS DE CEMENTO

Hoy voy sentado en el autobús, mirando por los grandes cristales el paisaje que se presta a mis ojos. Enormes edificios grises y fríos, austeramente decorados, con balcones milimétricos, muchos de ellos enrejados. Me recuerdan a jaulas de pájaros. ¡Qué iluso eres hombre moderno! ¿A qué aspiras en esta vida? Tú te crees mejor que ese pajarillo que tienes encerrado y al que le exiges que cante, que cante de felicidad. Te crees que con tener lleno el bebedero de agua y comprarle el mejor alpiste del mercado ya has satisfecho sus ilusiones. Tú eres también ave presa, que no puede mirar las estrellas porque vives en un mundo tan contaminado, tan asfixiante, esclavo del tiempo, de la moda, del cuerpo delgado y esculpido a base de gimnasio y operaciones de cirugía, de lo material y perecedero, de lo políticamente correcto, de lo perfecto. Sueñas con vivir por cuenta ajena, en un pisito cuadrado de 30 metros, con una hipoteca a 30 años y con un coche deportivo caro pero realmente vivirás con tus padres hasta los cuarenta. Quieres ser mejor que tu vecino, para poder presumir y casarte con una modelo anoréxica y bulímica. Probarás las drogas porque como tú bien dices, en esta vida hay que probarlo todo, vivir al máximo, que la vida son dos días y acabarás dando fiestas glamorosas en tu casa para esa manada de cuervos que simulan ser tus amigos. ¿Y que será de tus polluelos? Esos niños insensatos, que sólo piensan en gastarse tu dinero haciendo botellones, paseando el palmito encima de una moto o comprándose el último modelo de unas zapatillas de marca, fabricadas por multinacionales que explotan a niños indefensos en los países del tercer mundo. ¿Y qué harás cuando llegues a mayor? Acabarás abandonado, solo, en un asilo y haciéndote tus necesidades encima mientras tu prole despilfarra tu dinero de forma abusiva. Te quedarás delante de este tonto televisor absorbiendo toda esa publicidad manipuladora que rige tu mundo. Y cuando mueras dirás que fuiste muy feliz, que conseguiste alcanzar las metas que te propusiste, que fuiste libre de dirigir tu vida. ¿Estás seguro de ello, ave de paso? Si te hubieses quitado ese velo que empañaba tu vista, seguramente te hubieras dado cuenta de que nunca saliste de tu jaula de cemento.

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